
Yo creo que la Pascua es justamente dar el paso, esto significa Pascua. Animarnos a dar ese paso. Todos deseamos tener una vida nueva y Jesús viene a eso, a enseñarnos que es posible una vida nueva. Un día resucitaremos todos ya que también nosotros estamos invitados a la Pascua.
Mi abuelo decía que de allá no volvió nadie y si, ¡Jesús volvió! Esto es una es una idea preciosa, que Jesús volvió y que nos promete también a nosotros algún día resucitar. Nosotros no solo recordamos el pasado, la resurrección de Jesús y la liberación del pueblo de Israel de su esclavitud de Egipto, dos momentos que significan una vida nueva; Sino que también se nos promete a nosotros en el futuro una vida en la resurrección. –
Pero mientras tanto estamos aquí y ahora, estamos caminando en este presente. Yo creo que todos tenemos que necesidad de resucitar, porque tal vez muchas cosas de esta vida nos cansan, nos hunden, nos deprimen, nos angustian. El mundo y la sociedad que nos toca vivir, el entorno del país, nos producen que estemos entristecidos y decepcionados, peleados y enojados. Por eso necesitamos una vida nueva.
¿Y cómo cambia este mundo y esta sociedad? Era lo que decía estos días pasados, no se cambia desde afuera hacia adentro, por ejemplo, cambiando las estructuras, la economía, la educación, etc. ¿Esto es posible, pero para cuándo vamos a dejar nuestro cambio? Podemos cambiar todo, pero si no cambiamos nosotros no va a cambiar nada.
entonces esa es la vida nueva que viene a proponernos Jesús en La Pascua. Desearnos felices Pascuas significa una vida nueva y empezar de nuevo que pasa por nosotros. A veces queremos que todo empiece de nuevo sin comprometernos y no hay posibilidad de pascua sin compromiso. El desafío es ese. Yo diría, romper el huevo de Pascua para tener una vida nueva.
Hay que animarse a hacer ese ejercicio, que siempre es doloroso porque es mirarse a sí mismo y descubrir sus propias miserias. Alegrarme por supuesto los talentos y las virtudes que todos tenemos porque Dios en eso fue generoso, pero también mirar nuestros propios pecados y miserias.
A veces, como país no reconocemos nunca nada, siempre decimos, «fue fuenteovejuna”. Miramos a los costados y decimos tal gobierno, tal militar, etc., nadie asume su propio pecado. Cuando empecemos a asumir el propio pecado, ahí si vamos a cargar la cruz y vamos a morir para resucitar.
La invitación de la pascua es mirarnos a nosotros mismos para poder resucitar y empezar una vida nueva. Es saber cuántas cosas tengo que cambiar. Nosotros enseguida sabemos que debe cambiar el vecino, ese otro debe cambiar eso, el otro cambiar aquello, ¿y yo qué?
La pascua es mirarnos a nosotros y preguntarnos si nosotros queremos resucitar, si nos animamos, aunque sea a cambiar algo. Deberemos primero, reconocer todo lo que tenemos mal y segundo, aunque sea cambiar algo pequeñito, un pasito de a vez; así habremos ganado la pascua y podemos decirnos felices pascuas. Es como una pequeña ola que se va armando. Si cada uno de nosotros cambiamos algo, es seguro que el domingo de pascua las cosas serán distintas.
Ese es el desafío y al decirnos felices Pascuas, es desearnos poder conocernos a nosotros mismos, descubrir ser amados por el Padre, descubrir nuestras miserias y cantar su misericordia.
Con la ayuda de la Virgen María del Pilar que siempre estaba al pie de la Cruz junto a Cristo.
Felices Pascuas a todos los pilarenses.